viernes, 22 de junio de 2007

'Parirás tus hijos con dolor...'

Libro del Génesis

Por Jacqueline Chouhy
Publicado por VOCES DEL FRENTE

Y cuando no quieras, no puedas parir, abortarás con dolor; en la clandestinidad, en el secreto, y podrás ser procesada. Algo está mal. Está muy mal desde hace mucho tiempo. Se intentó corregirlo (en varias legislaturas, también en la precedente, se presentaron leyes que despenalizaban el aborto). Se demoraron en tratarlas, se las postergó, y cuando finalmente se votó, no alcanzaron los votos.

Entonces, las cosas siguen mal. Porque paralelamente, en la sociedad miles de mujeres continuaron y continúan abortando. Algunas, en condiciones técnicas e higiénicas adecuadas. Intermediando, obviamente, el dinero contante y sonante. Otras, en pésimas condiciones sanitarias, e incluso practicándose auto-abortos. Por eso muchas han sufrido lesiones graves o han muerto. No por casualidad, fueron y son las más pobres. Todas igualadas en la ilegalidad del hecho, la clandestinidad, el secreto.

Daño moral como valor agregado al riesgo físico, y al conflicto y angustia que esta decisión conlleva en sí misma para cualquier mujer o pareja. Un grupo de técnicos de la Salud (Hospital Pereyra Rossell) encontró una forma de disminuir los daños, prestando atención pre-aborto y post-aborto (lo que la legalidad del país permite) y garantizando el secreto profesional. Hasta cierto punto funcionó, los números de muertes por aborto comenzaron a descender. El 16 de Mayo de este año, algo salió mal, muy mal. Una joven de 20 años fue procesada por aborto. Hizo lo que tantas, abortó, pero como tuvo secuelas consultó a un médico de Soca. Y este médico lo comunicó a la Comisaría (no al MSP como era lo establecido) Y la Comisaría lo informó al juez. Y el juez aplicó la ley sin atenuantes. Una joven de 20 años fue procesada por aborto. Salió a la luz pública. Todos nos enteramos. Ella vivió todas las peripecias de la angustia y cayó el castigo sobre ella. Y la estigmatización (lo dice su madre en carta pública, "estamos destrozados"). Hemos reaccionado. Un grupo de organizaciones sociales y el Área Mujer de la Vertiente Artiguista (que integro).

Ciudadanas y ciudadanos independientes, coincidiendo incluso en el día y en la hora, escribimos un texto similar. Nos unía la indignación y la convicción de que había que expresarla en forma contundente, radical, abriendo también un camino para que otros lo hicieran. Nuestra solidaridad ante esta muchacha concreta, la única forma que nos conformaba era asumiendo su "delito". Simbólicamente, era también asumir el dolor y el delito de otras, de muchas. Se generó rápidamente un movimiento ciudadano al que se fueron sumando hora a hora, día a día, miles y miles de personas.

"Hemos infringido la ley 9763...Todos y todas somos la joven de 20 años procesada por "delito de aborto". Como en la clásica y removedora obra de Lope de Vega, cuando un individuo realiza un acto que repara la injusticia, todos los habitantes del pueblo asumen ese acto. ¿Quién lo hizo? Fuenteovejuna, señor.

Por la muchacha de 20 años, desnudando la hipocresía de una sociedad y sus representantes que no han sido hasta ahora capaces de modificar una ley que no la representa (al menos mayoritariamente). Porque no queremos mirar para el costado, ni hacernos los distraídos, ni meter en un cajón lo que es difícil de tratar. Porque queremos cambiar la cultura de la hipocresía y del silencio. Asumimos. Ya somos muchos miles. Y seremos muchos más. "O somos todas y todos delincuentes o esta ley está mal".